El CJNG coloca mantas contra gobernadora de Baja California y el sector pesquero

Este domingo 24 de agosto, Ensenada amaneció bajo una nueva amenaza del crimen organizado. Dos narcomantas, presuntamente firmadas por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fueron colocadas en puntos estratégicos: el nodo vial frente al CICESE y el puente del Centro de Gobierno. Ambas lonas contenían mensajes directos contra la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, acusándola de permitir extorsiones contra el sector pesquero.
El texto de las narcomantas alude a Arturo Alejandro Hernández Medina, alias “El Tury”, señalándolo como el principal extorsionador de pescadores en la región, con respaldo de “Los Aquiles” del Cártel de Sinaloa. Además, instan al vicealmirante Daniel Escobedo Escobedo a intervenir si la gobernadora no lo hace, advirtiendo que “seguirá corriendo sangre”.
Apenas unas horas antes, el empresario pesquero Moisés Muñiz anunció el cierre de su restaurante en Ensenada tras recibir amenazas. Declaró sentirse expuesto al riesgo constante de ser asesinado por sicarios del crimen organizado por ejercer su trabajo con dignidad. Este episodio revela un contexto de deterioro institucional. Según la fiscal del estado, más de 100 denuncias por cobro de piso fueron registradas durante el primer semestre de 2025, destacando el sector de restaurantes y pescadores como los más afectados.
Las narcomantas no son un método nuevo, sino una táctica recurrente del narcotráfico para imponer control y sembrar miedo. En agosto de 2024, la gobernadora ya fue objeto de amenazas similares, dirigidas también contra mandos policiales y fiscales.
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Además, analistas de seguridad señalan que el CJNG emplea estas mantas para minar la confianza pública en las autoridades y obligarlas a actuar según sus intereses. Estas acciones agravan la percepción de colusión o inacción gubernamental frente al crimen organizado.
La combinación de extorsión, amenazas públicas y cierre de negocios legitima la idea de que el crimen tiene un fuerte control territorial. Ensenada se perfila como un enclave bajo presión criminal, donde la gobernabilidad y la seguridad de la población están en riesgo constante.
Hasta ahora, la gobernadora Marina del Pilar no ha emitido ninguna declaración en respuesta a los mensajes. La falta de reacción oficial podría interpretarse como una señal equivocada ante grupos criminales bien coordinados, dispuestos a violentar símbolos institucionales.
@veletti
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