Violencia en Guerrero sumó tres menores de edad muertos
En dos hechos de violencia, César, Mateo y Porfirio, de quince, catorce y doce años, respectivamente, murieron asesinados entre el once y doce de febrero. Los hechos de violencia, cuyos perpetradores siguen impunes, tuvieron lugar en las localidades de Iguala y Chilapa de Álvarez, estado de Guerrero.
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Grabado en video horas antes de fallecer, César Mendoza Duarte, oriundo del municipio de Iguala, quien estudiaba la secundaria en la escuela técnica 214 Bandera Nacional, fue privado de su libertad el martes once por presuntos vínculos con el intento de cancelar la Feria de la Bandera.
En un video, donde sujetos interrogan al joven mientras escribía mensajes sobre una cartulina, César refirió su participación en el plan de «tirar bombas con drones y quemar un carro» durante del festejo de la bandera. Según contó a sus captores, aunque pudo haber sido obligado a relatar un testimonio ya preparado, cobró dos mil pesos por el trabajo.
Horas después, hacia las tres y media de la tarde, informes dieron aviso del hallazgo de su cadáver, localizado con las manos mutiladas y bocabajo en una brecha de la colonia El Tomatal, presentando asimismo impactos de bala en la espalda.
Testigos añadieron que las cartulinas del video mencionado aparecieron tiradas junto a su cadáver.
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Mateo y Porfirio, reportados como desaparecidos por la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRACPF), salieron de su vivienda en Xochitempa rumbo a la comunidad de Ahuixtla alrededor de las cuatro de la tarde el mismo día martes.
Vecinos de la región, antes que los jóvenes aparecieran muertos, informaron a autoridades escuchar detonaciones de bala dentro de las inmediaciones donde los jóvenes desaparecieron.
El miércoles doce por la mañana, un campesino de Xochitempa fue quien encontró sus cadáveres, que yacían inertes a orillas de un camino de terracería.
Como respuesta, la CRAC-PF urgió a la gobernadora del estado de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, tomar cartas en el asunto, reclamándole sus aseveraciones relacionadas al cuidado de las infancias en el estado guerrerense, ante lo cual no se ha pronunciado la morenista.
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«¿Acaso esta es la vida que les ofrece a nuestros niños de Guerrero? Le decimos ya basta de tantos asesinatos y desapariciones en contra de los pueblos nahuas”, exigieron en un comunicado, luego de confirmar los tres decesos.
Se indicó que, desde hace más de diez años, grupos criminales en pugna contra policía rural han mantenido una disputa por el territorio de Atzacoaloya hasta los lindes con el municipio de José Joaquín Herrera, lugares conocidos por prácticas ilícitas como el reclutamiento de menores de edad, balaceras, asesinatos y desapariciones forzadas.
Sobre los niños, el director del Centro de Defensa de Derechos de las Víctimas de la Violencia Minerva Bello, José Filiberto Vázquez Florencio, explicó que «…más allá de que estén ajenos a estas actividades, están en un contexto de violencia, están inmersos en ambientes violentos, van creciendo ahí y, lamentablemente, los grupos o las personas que no tienen escrúpulos y reclutan a niños es porque los consideran desechables y porque saben que son fáciles de controlar”.
Con información de El Universal, José María Flores
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