Indicios: ¿Cómo ocurrió la masacre en el anexo de La Cofradía?
Era la noche del 25 de Julio del presente año, cuando un grupo de al menos 40 personas que todos los días vivían luchando para superar sus adicciones, se encontraban descansando; las luces se apagan y aunque era posible que las condiciones no eran las adecuadas, ellos intentan dormir.
De pronto y sin previo aviso, se escuchó el motor de un par de automóviles quienes al estacionarse de manera intempestiva afuera del inmueble rompieron con el silencio y el intento de «tranquilidad» que rondaba dentro del anexo conocido como “Cerco de Vida”.
Se escuchó como alguien irrumpió dentro de la finca y cortó un cartucho y otros más lo siguieron al unisonó, las personas dejaron de soñar y la pesadilla comenzó:
Se escucharon disparos, gritos de ayuda y llantos de muchas personas, esos fueron los últimos momentos de seis individuos que murieron tras una ráfaga de balas.
Seis vidas arrebatadas, otras más traumatizadas por lo que acababan de presenciar y que nunca podrán olvidar…
Llegaron las autoridades, pero solo para ser testigos del macabro hallazgo, encontraron los cuerpos de cuatro hombres de 20, 30, 46 y 61 años, y una mujer de entre 18 y 23 años de edad y aunque la última persona en ese conteo de la muerte parecía ser el sobreviviente de esta masacre, la ayuda médica poco o nada pudo hacer.
Los noticieros al día siguiente informaban de lo acontecido en esa noche de terror en Tonalá, exigiendo algún tipo de declaración o postura ante este atroz acto, aunque todos parecían hacerse la misma pregunta, ¿Por qué?…
El gobernador del estado, Enrique Alfaro, parecía intentar dar una respuesta, indicando que esta matanza podría estar relacionada con el tráfico de drogas, añadiendo que este tipo de establecimientos se prestan para actividades ilícitas y eso pudo desencadenar este tipo de fatal suceso.
¿Pero y que sucedió con aquellos que pudieron sobrevivir este ataque? Vecinos de la zona lanzan conjeturas, algunos dicen que se llevaron arriba de 15 a 20 personas en las camionetas, otros, que escaparon y lograron llegar a un hospital para buscar resguardo y ayuda.
El recinto fue clausurado, sin dar más explicación a los familiares que llegaron ahí a tocar, pero como vieron los sellos violados, el portón tirado y la sangre, mejor se retiraron, quedando en absoluta incertidumbre sobre el paradero de los internos.
Y es que no es la primera vez que un comando armado irrumpe en un anexo, pues desde el 2018 a la fecha se han registrado al menos 20 ataques de este tipo, 13 de ellos en Guanajuato y el resto en los estados de Colima, Puebla, Jalisco y Michoacán, por lo que surge la duda, ¿Qué hay detrás de estos centros de rehabilitación? ¿Quién está internado realmente ahí?…