Emboscan y asesinan a seis policías comunitarios en Ayutla

Durante la medianoche del sábado, seis integrantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) fueron asesinados en una emboscada sobre un camino de terracería en Ayutla, municipio ubicado en la región de la Costa Chica. Los cuerpos fueron hallados con armas de fuego, mientras que varios elementos resultaron heridos. El municipio de Ayutla expresó públicamente su pésame, aunque hasta el momento no ha habido pronunciamiento oficial por parte del gobierno estatal.
La agresión forma parte de una tendencia de ataques contra policías comunitarios en Guerrero. En julio de 2024, otro asalto similar contra policías de la UPOEG en Juan R. Escudero dejó un saldo de al menos seis muertos. Además, en 2023 fue asesinado el líder histórico de la organización, Bruno Plácido.
A nivel nacional, el 2025 exhibe una escalada alarmante en homicidios contra policías. Al corte del 24 de julio, se han registrado 232 policías asesinados, lo que representa un promedio de uno por día y un incremento del 30 % respecto al mismo periodo del año anterior. Guerrero encabeza el cuarto lugar en esta estadística, con ya 21 casos estimados en lo que va del año en curso.
En el periodo comprendido hasta el 3 de julio, Guerrero había registrado 17 policías asesinados, cifra que se elevaría a 19 con casos recientes en Acapulco, incluyendo el hallazgo de un elemento dentro de un automóvil y otro abatido en vía pública. Las víctimas correspondían principalmente a policías municipales, aunque también se registraron asesinatos de estatales y ex policías.  Además, el estado mantiene un contexto de violencia sostenida, con grupos como Los Ardillos y Los Rusos intensificando agresiones y ataques brutales, como el asesinato y desmembramiento de una familia de cuatro personas en la Costa Chica recientemente.
México vive inmerso en lo que algunos analistas han catalogado como una “guerra civil de cárteles”, con Guerrero como uno de los focos más afectados. La organización ACLED posiciona al país como el cuarto con el nivel de conflicto más extremo a nivel global, con más de 30,000 homicidios al año en territorios golpeados por la fragmentación de cárteles como Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
La emboscada en Ayutla no es un hecho aislado, sino parte de una brutal lógica de violencia que ha sumido a Guerrero en un escenario de impunidad y terror. Los datos destacan una situación alarmante: los policías comunitarios, a menudo el último resquicio de justicia local, son blanco de ataques sistemáticos.
En este contexto, el Estado no solo falla en su deber de proteger, sino que también demuestra incapacidad para frenar la violencia estructural que permea instituciones e instituciones. La creciente ola de asesinatos obliga a replantear estrategias de seguridad: la impunidad no es solo ausencia de justicia, sino combustible para más violencia.
@Veletti
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