Misterios: La leyenda de la monja del Refugio en Tlaquepaque
Ubicado en el centro de Tlaquepaque, “El Refugio” es un espacio para la realización de eventos culturales. En el recinto se ofrecen conciertos, obras de teatro, congresos, exposiciones de arte, entre otras actividades.
Fue edificado por Fray Luis Argüello como nosocomio y lugar de retiro a mediados del siglo XIX. Desde el inicio fue atendido por las monjas Josefinas.
Las actividades del Refugio como hospital y casa de retiro terminaron en el año de 1979, por lo que todas las monjas se retiraron, menos una… de la cual, se dice que desde que entró por primera vez al lugar, nunca salió.
La leyenda comienza desde aquellos años lejanos cuando el Refugio fungía como hospital, pues se dice esta monja siempre se hizo presente.
De día se confundía entre las demás, pues vestía de la misma manera, ya por la noche, cuando las hermanas Josefinas se encontraban entregadas a la oración, solo ella deambulaba por los pasillos del hospital, bajo la tenue luz de las lamparas recorriendo pasillo por pasillo y revisando a los enfermos, en especial a los de mayor gravedad.
La historia narra que cierto día llegó un nuevo médico al lugar, al cuál desde, su llegada se le advirtió de la presencia de esta misteriosa monja, a lo que el hombre incrédulo sonrió.
Comentó a sus colegas que esos mitos no eran propios de la ciencia, por lo que él no creía en esos cuentos.
Luego de tres días de su llegada al nosocomio, un hecho por demás aterrador cambió la forma de pensar de este incrédulo médico.
Una tarde, luego de una agitada mañana de trabajo, se recostó sobre un camastro a descansar mientras fumaba un cigarrillo y conversaba con otro médico de las experiencias vividas durante el día.
De pronto, su semblante cambió y se volvió pálido; desencajado, intentó gritar pero no pudo, solo abrió sus ojos al máximo. Realmente estaba aterrado.
Lo único que pudo hacer fue señalar con su dedo indice hacia el pasillo y haciendo un esfuerzo extremo logro gritar «¡La Monja viene hacía mí!». Su compañero lo miró asustado por la reacción que presentó, pues en realidad él no vio al fantasma.
Pasada la visión, el galeno aseguró que una monja vestida de blanco que flotaba por el aire, arrastraba una cadena que hacía un espantoso ruido con los eslabones, se venía aproximando a él pero que cuando logró verle cara a cara, simplemente desapareció.
Solo esa noche paso ahí el incrédulo doctor, pues al siguiente día tomo sus cosas y pidió su cambio a otro hospital.
Hoy en día hay quienes aseguran que la presencia de dicha religiosa sigue ahí y se manifiesta de diferentes formas, con sonidos, sombras, murmullos y en otras ocasiones con su presencia física tal y como le sucedió a aquel galeno que no creía en esta leyenda.
Si tú conoces esta historia, si has visitado El Refugio, o si conoces otras versiones de esta leyenda, te invito a comentar y dejar tus sugerencias para próximas entregas.
Para Misterios de GN/AMH