Tras riña, vecino de la colonia San Marcos generó intensa movilización policiaca
El reloj marcaba las 2 de la madrugada de este lunes, cuando policías tapatíos fueron alertados sobre un hombre herido con arma blanca en los cruces de las calles Monte La Luna y Puerto Ángel de la colonia San Marcos en Guadalajara.
Lo señalado vía telefónica obligó a que diferentes unidades de la comisaría municipal acudieran para verificar lo que se estaba reportando la cabina del 911, en donde un hombre aseguraba a la operadora haber sido agredido a machetazos luego de haber protagonizado una pelea con otro sujeto.
En cuestión de minutos diferentes unidades de la Policía Municipal arribaron al cruce encontrándose con un hombre de aproximadamente 50 años quien se identificó como el reportante. Sorprendentemente nada de lo que había dicho parecía ser cierto. Esta persona solo presentaba una abertura de aproximadamente un centímetro en uno de sus dedos de la mano, aunque argumentaba y sostenía que otro hombre lo macheteó.
Al estarse entrevistando con el supuesto lesionado, los oficiales lo identificaron como el mismo hombre al que aproximadamente un par de horas antes, lo habían exhortado junto con otros dos de sus acompañantes para retirarse de la vía pública, esto por estar ingiriendo bebidas embriagantes en el cruce antes referido.
Por protocolo se pidieron los Servicios Médicos Municipales, quienes a su llegada coincidieron en que la lesión ni siquiera ameritaba sutura, y mucho menos tenía características de haber sido producida con un machete. La gran alarma que causó fue debido a su estado de embriaguez, lo que hizo movilizar a servicios de emergencias para atenderlo solamente de una pequeña cortada.
Aún cuando los paramédicos y policías le hicieron ver que su lesión no tenía mayor relevancia, este sujeto insistía en que se enfrascó en la riña con otro hombre por intentar defender a una mujer. La versión de esta persona es que su agresor sacó un machete de aproximadamente 40 cm y comenzó a tirarle de machetazos con el objetivo de matarlo, sin embargo el hombre no presentaba ninguna otra lesión.
Finalmente luego de hacerle ver que el alcohol le había jugado una mala pasada, el hombre se fue a su casa a dormir con un curita puesto y seguramente con la idea de haberse sentido súper héroe.